Estos últimos tiempos han estado lleno de situaciones y noticias que nos han dejado, como mínimo, perplejos. Una de las palabras que más he escuchado ha sido miedo: miedo a no encontrar o perder el trabajo, miedo a la pandemia, miedo a no saber qué va a pasar, miedo a....
Por ello, quiero compartir contigo este inspirador y precioso microcuento del fabuloso artista René Merino:
PERO....¿QUÉ ES EL MIEDO?
¿CÓMO PODEMOS VIAJAR CON ELLO?
Con genialidad, humor e inteligencia emocional, René Merino resume perfectamente el mensaje que quiero compartir contigo hoy: el miedo es una emoción muy importante para ti. ¡No hay que huir de esta emoción!
Coincidirás conmigo en que el miedo no es una emoción ni cómoda ni agradable. ¡Pero es asombrosa!
El miedo es una emoción que surge de la estimulación y reacción del sistema límbico. De forma resumida, la amígdala reacciona ante una posible amenaza o daño (físico o emocional), estimula al hipotálamo y éste a su vez envía señales para producir hormonas como la adrenalina o el cortisol.
Todo este sistema límbico es el responsable principal de la vida afectiva y es partícipe en la formación de memoria. ¡Fíjate cómo las emociones y la memoria están íntimamente relacionadas!
El miedo, como emoción, nos ha permitido a los seres humanos sobrevivir a lo largo de miles de años. Nos ha permitido recordar, aprender, anticiparnos y prepararnos (física y psicológicamente) para afrontar los retos más complejos y las situaciones más complicadas.
El miedo, por ser una emoción poderosa y extremadamente útil, es muy importante que aprendas a convivir con ella y evitar cualquiera de sus dos extremos:
- Alargar el miedo durante un tiempo prolongado ya que puede llegar a paralizarte, interrumpir tu vida o no llegar a adaptar tus hábitos diarios a las circunstancias. El miedo hay que usarlo para reaccionar pero no para bloquear tu mente, tu vida u otras emociones. A veces, el miedo prolongado impide que sientas plenamente o te cueste disfrutar de otras emociones como la alegría. Este extremo puede llegar a provocar episodios de ansiedad serios.
- El otro extremo es sentir miedo a sentir miedo. ¡Parece un juego de palabras! Pero tener miedo a sentir es devastador. No expresar las emociones para evitar posibles consecuencias o hacerte el "anestesiado/a", como si nada te afectara, como si todo lo tuvieras bajo control, conteniendo tus verdaderas emociones... es una bomba de relojería.
Desgraciadamente en muchos entornos, por ejemplo, en el laboral, parece incluso que no está bien visto tener emociones. ¡Como si un/a responsable o líder de un equipo no pudiera sentir alegría, tristeza o... miedo ante alguna circunstancia!
MIEDO: 3 TRUCOS PARA USARLO A TU FAVOR
1. Siente, date permiso para sentir el miedo pero no dramatices. Cuando somos capaces de sentir pero también de reflexionar, nuestra vida adquiere significado y propósito. Si evitas sentir puedes perder el contacto contigo mismo/a, con quien eres. Y si evitas reflexionar, no vas a conocer tus valores, tus prioridades...en definitiva, lo que de verdad te mueve y te conmueve.
2. El miedo te está avisando de lo que es importante para ti. ¡Es el momento de usar tu miedo de forma eficaz! Para ello, reformula tu miedo en positivo. Por ejemplo, imagina que sientes esto: "tengo miedo a contagiarme del Covid" puedes reformularlo de esta manera: "me doy cuenta de lo importante que es para mí, mi salud y la salud de mi familia."
¿Podrías por favor verbalizar y reformular en positivo ese miedo que tienes?
3. Ya estás a punto de dejar subir tu miedo a la moto. De dejar que se agarre a ti, de llevarlo contigo porque es tu aliado. Para ello, podrías anotar en una hoja que tengas a mano, ¿qué 3 cosas te propones hacer (o dejar de hacer) desde hoy mismo para progresar hacia eso que acabas de verbalizar en el paso anterior?
¡Enhorabuena. Has dado un gran paso! Lo creas o no, has comenzado a transformar tu gran bola de miedo en tu aliado.
El miedo es esa emoción que te avisa de tus valores. Esa emoción que te ayuda a reflexionar sobre lo que te importa. Sobre aquello por lo que merece la pena luchar.