Imagina un mar en plena tormenta, el viento huracanado crea olas de metros de altura, no hay dónde anclarse, todo está oscuro…
Así podemos sentirnos en los momentos de mayor estrés: a la deriva, con olas emocionales sin control, sin salida.
Imagina ahora que puedes calmar el viento, hacer que sople más suave, las olas irán bajando de intensidad hasta llegar a un mar en calma, sereno .....
¡Igual podemos hacer con nuestras olas emocionales!
Si respiramos de forma más lenta y suave, inducimos una respuesta de calma en nuestro sistema nervioso y por tanto, en nuestro estado emocional.
Existe un vínculo directo entre la respiración y el sistema nervioso, entre nuestro sistema nervioso y nuestro estado emocional/mental. Es decir, la conexión entre la respiración y el sistema nervioso es una vía de doble sentido. Y la buena noticia es que ¡tenemos esta herramienta siempre a mano!
Cualquier persona puede aprender a respirar para crear un estado de mayor relajación y serenidad.
¿Qué tipo de respiración se relaciona con el estado de estrés y con el estado de calma?
Los dos estados son necesarios para la supervivencia. Los verdaderos problemas de estrés vienen cuando nos mantenemos en estado de alerta de forma continuada, cuando la respuesta de nuestro sistema nervioso es desproporcionada.
¡Pero tienes una llave!
La mejor píldora antiestrés es respirar.
Tenemos más control de lo que solemos pensar sobre nuestro estado emocional. Solo hay que tomar conciencia de esta herramienta y utilizarla. Al igual que diferentes estados de nuestro sistema nervioso crean una ritmo de respiración diferente, modificando nuestra respiración provocamos un cambio en nuestro sistema nervioso. Puedes probar en este mismo instante:
Toma una inhalación de forma consciente;
Haz una pequeña pausa;
Expulsa el aire alargando la exhalación;
Repite varias veces.
Es así de sencillo y eficaz, la vía más rápida en momentos de estrés. Tenemos la tendencia de querer arreglarlo todo con el pensamiento, la lógica, pero en momentos de estrés realmente nuestro pensamiento no se encuentra en su mejor momento.
Nuestro sistema nervioso entiende antes que puede relajarse cuando creamos una respiración tranquila que si le ordenamos mentalmente que se relaje.
Y cuanto más practiquemos más eficaz será esta respuesta. No hace falta estar en un momento de estrés para comenzar. Puedes dedicar 5 minutos 2 veces al día a respirar de forma consciente y relajada. Este entrenamiento te ayudará a mantener tu sistema nervioso a raya, creando muchísimos beneficios como:
Una mente más clara, positiva y creativa.
Un sistema emocional equilibrado: reducción de la ansiedad y el estrés.
Una tensión arterial sana.
Relajación muscular.
Reducción del insomnio.
Mejora en el manejo del dolor.
Una digestión óptima…
INHALA CALMA…EXHALA ESTRÉS…
¡Y no olvides nunca que la mejor píldora antiestrés es respirar!